Los aceites vegetales como combustible: el biodiésel

Los inicios del biodiésel se remontan a finales del siglo XIX, cuando el ingeniero alemán Rudolf Diesel (1858-1913) inventó el primer motor de combustión de carburante y aceite. También comezó a desarrollar desde aquel momento otras versiones de máquinas que pudieran utilizar otro tipo de aceites como el aceite de maní.

En la década de 1970 el biodiésel se desarrolló de forma significativa gracias al mayor interés en su investigación como resultado de la crisis energética y el aumento del precio del petróleo. Años después, se realizaron las primeras pruebas técnicas de este biocarburante en Austria y Alemania en 1982. Finalmente, fue en 1985 en Silberberg (Austria) donde se construyó la primera planta piloto para la producción de biodiésel a partir de semillas de colza.

Independientemente de sus aplicaciones, en la actualidad es posible obtener biocombustibles líquidos a partir de biomasa que varían según la materia prima utilizada para su fabricación. El biodiésel es un biocombustible que se puede obtener a partir de diversas materias primas como la palma, la soja, la colza y el girasol, o de ácidos grasos de animales y vegetales. Por consiguiente, es posible obtener este biocarburante a partir de aceites vegetales bien sean reciclados o extraídos directamente de las semillas oleaginosas mencionadas anteriormente u otras.

Sin embargo, diversas investigaciones actuales apuntan a que, con el paso del tiempo, habrá otros métodos y materias para obtener biodiésel. Por ejemplo, algunas empresas ya han empezado a experimentar con el objetivo de obtenerlo a partir de algas puesto que se cree que las algas serían capaces de producir 30 veces más cantidad de biodiésel que otras materias primas. Por su parte, existen otras hipótesis que consideran la posibilidad de producir biodiésel mediante la denominada biomasa lignocelulósica y a partir de otras plantas como la jatrofa. Según sus predicciones, este método podría estar desarrollado plenamente en unos diez años.