Un equipo de investigadores malayos secuencian el genoma de la palma de aceite

El aceite de palma, que se utiliza tanto en alimentos como en la industria cosmética y como biocombustible, es uno de los productos con más demanda por parte de los consumidores y las empresas. Por este motivo, los grupos ecologistas culpan a los agricultores de contribuir a la deforestación y tala indiscriminada de las zonas selváticas por todo el mundo.
 

Un estudio financiado por la Junta de Aceite de Palma de Malasia (MPOB) ha conseguido secuenciar el genoma de la palma de aceite, según ha publicado la revista Nature. Los investigadores pretenden que el estudio sirva para que los productores planten solo las semillas más rentables (tenera), y este modo reducir el área destinada a este cultivo.

Los árboles de palma, que se encuentran principalmente en Asia, América del Sur y África Occidental, producen tres frutas distintas: duramadre, pisifera y tenera. Esta última es un híbrido que procede del cruce de las dos anteriores y de esta fruta se elaboran la mayoría de aceites que se comercializan por todo el planeta.

Sin embargo, los productores no sabían hasta ahora si sus vainas contenían los frutos deseados y debían esperar más de cinco años para su comprobación. Gracias a los sistemas diseñados por los investigadores de la MPBOB se logra reducir drásticamente el tiempo de espera.

Las plantaciones de aceite de palma en Malasia producen actualmente cuatro toneladas por hectárea al año. Según el estudio, está previsto que se alcance la cantidad de seis toneladas en 2020.