El aceite de semillas de cáñamo

Debido a su aceite altamente nutritivo, las semillas de cáñamo son una importante fuente de proteínas de gran valor.

Tras su recolección y limpieza, las semillas de cáñamo se procesan de distinta formas y procesos. Las cáscaras de las semillas de cáñamo se separan del grano, que contiene una gran cantidad de aceite. Una vez descascaradas, tanto la cáscara como las semillas se pueden emplear para la elaboración de diversos productos nutricionales. Las cáscaras pueden servir como suplemento dietético de fibra o para la alimentación animal.

El grano sin cáscara se utiliza como ingrediente de alimentos de alto contenido nutritivo, como leches y quesos de origen vegetal, panes, salsas, etc. o en diversas recetas y productos horneados. El cañamón pelado es una opción saludable como alternativa a los frutos secos, ya que no produce alergias y se puede ingerir crudo o en forma de mantequilla.

Al igual que las semillas de cáñamo descascaradas, las semillas enteras también pueden servir como alimento, con el beneficio añadido de la fibra. A veces, los cañamones tostados se comen como tentempié o incluso pueden sustituir al café.


Aceite de cañamón

Las semillas enteras y las descascaradas pueden emplearse indistintamente para elaborar aceite. El aceite de cañamón conserva la mayoría de nutrientes de las semillas. Durante su proceso de prensado, alrededor del 25-35% del peso de las semillas se extrae en forma de aceite no refinado de cañamón.

El aceite no refinado y prensado en frío es una fuente excelente de ácidos grasos esenciales (AGE) y su uso es principalmente alimentario. Es rico en todos los AGE que nuestro organismo necesita y lo mejor es que los contiene en unas proporciones ideales para nuestro cuerpo.

El aceite de semilla de cáñamo es parecido al de oliva en su consistencia y en su aroma sutil, y puede reemplazar cualquier otro tipo de aceite para cocinar o aderezar.